Los comienzos son siempre difíciles, en una hermandad también. Realizar una estación de Penitencia, y hacerlo con la dignidad necesaria, es complicado, pues son necesarios muchas personas y muchos medios materiales.

Al estar nuestra hermandad formada y orientada fundamentalmente por niños y jóvenes, se pensó en un trono llevado sobre ruedas, usándose los primeros años el remolque de un tractor como plataforma. Algunos años más tarde, la Hermandad de las Angustias, más consolidada y orientada a adultos, procesionaba ya  a su titular con costaleros y  no usaba el carro que tenía, que generosamente nos cede. A este carro se le hicieron las adaptaciones necesarias y es el que hemos venido usando desde entonces.

Era necesario hacerle una profunda remodelación, pues el paso del tiempo, el desgaste de los materiales, las carencias técnicas? habían hecho que el carro quedase obsoleto, resultaba pesado, de difícil manejo y nula maniobrabilidad, lo que lo hacía incluso peligroso en algunos tramos del recorrido.

Esta idea, que se venía acariciando desde hace tiempo, y que poco a poco se va definiendo, no ha podido ser acometida hasta este año, en que una vez estudiado el tema en asamblea, se llega a la conclusión de que no se puede demorar por más tiempo y se crea una comisión para la remodelación del carro porta trono del Cristo.

Puestos al habla con nuestro paisano D. Antonio Cobo Ruiz-Ruano, y tras un detenido y minucioso estudio del carro, se llega a la conclusión de que era más complicado y más costoso remodelar el carro existente, pues los materiales eran antiguos, pesados, deteriorados algunos elementos, de difícil adaptación otros?por lo que era aconsejable hacer un carro nuevo.

Vista esta circunstancia, se le pide que elabore un proyecto dando respuesta a una vieja aspiración de la Hermandad, como era la ampliación del trono que posibilite el embellecimiento del paso al no quedar las figuras tan concentradas, dándole mayor vistosidad, dignidad  y significación, pues se le ha insertado un mecanismo que posibilita la elevación de la imagen  del Señor, una vez superado el angosto arco de la puerta de San Pedro, con lo que quedará un conjunto mucho más digno, destacando la figura de Jesucristo sobre los otros personajes , la hebrea y los niños que tienden sus manos y reciben con aclamaciones de júbilo al Mesías.

Esta ampliación del carro ha requerido el acondicionamiento del trono, para lo que se le han incorporado cuatro cuarterones de nuevo diseño, siendo el trabajo de ebanistería y dorado realizado por el tallista prieguense  D. Emilio Serrano Higueras, adaptando el trono a las nuevas dimensiones del carro, así como el faldón que cubre el carro, el cual ha exigido un laborioso trabajo, pues se ha optado por conservar el existente.

Creemos que esta necesaria y cuidada renovación posibilita una mejor visión del conjunto escultórico y una mejor comprensión del momento que se quiere plasmar y del misterio que significa, por lo que esperamos que sea de su agrado y cumpla con su objetivo que no es sino la escenificación de un pasaje central del Evangelio, la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.