1

Castiga, Señor, castiga,

castiga las malas lenguas;

y, si la mía es la mala,

la castigas la primera. 

              2

Del cielo caiga una piedra

que pese dos mil quintales,

y le caiga en la cabeza

al que quite voluntades. 

              3

Hasta la tierra que piso,

me la vienes maldiciendo;

 qué culpa tiene la tierra

de que yo te esté queriendo. 

              4

 Mala puñalá le den

a una olla sin tocino,

a una cama sin mujer

y a una botella sin vino. 

              5

Maldita sean los cortijos

y el que los hizo en el campo;

que si no hubiera cortijos

no sufriría mi amor tanto. 

              6

Maldita sea tu madre,

la que tienes en el cuerpo,

porque la que te parió

no tiene la culpa de esto. 

              7

Maldita sea un mal tercio

y una mala consejera;

que por causa de un mal tercio

me quitan de que te quiera. 

              8

¡Malhaya quien lleva y trae,

anda oliendo y sabiendo,

poniendo mal corazón

a aquél que lo tenga bueno! 

              9

Permita Dios que si vienes

con intención de engañarme,

en mitada del camino

se abra la tierra y te trague. 

              10

Permita Dios que si vienes

con intención de engañarme,

te salgan treinta jorobas,

quince atrás y quince "alante". 

              11

Permita Dios que te veas

sin chaqueta y sin calzones,

en una higuera chumba

espantando los gorriones. 

              12

Si no me quieres me echas

una maldición gitana:

que los ángeles me lleven

en procesión a tu cama. 

              13

Te lo pedí en una broma,

no me lo quisiste dar,

quiera Díos que se pudra

y lo tengas que tirar. 

              14

Ven acá membrillo corcho

y aceituna zapatúa;

permita Dios que te cases

con uno que te sacúa.