EUSEBIO JOSÉ CAMACHO CARRILLO
Cual el águila potente
que en el espacio campea,
de todo se enseñorea
y es la reina universal,
así en la cátedra santa
tu elocuencia y tu oratoria
brillará siempre en la historia
cual de orador sin rival.
Tu ameno y florido estilo
los elevados conceptos
con que expones los preceptos
de la augusta religión,
ensanchan los horizontes
del humano entendimiento
y elevan el pensamiento
a la celeste mansión.
Tú subes a otras esferas
de clarísimos fulgores
y disipas los errores
con sabia argumentación,
y en armónico consorcio
como si fueran gemelas
haces marchar paralelas
a la fe y a la razón.
Y combates las doctrinas
del frío materialismo,
del caduco jansenismo,
de tanta secta sin luz
como en los siglos pasados
atacaron ciegamente
a ese Dios omnipotente
que dio su vida en
Hoy Priego viste de gala
y corre a oír con vehemencia
de tu mágica elocuencia
la sonora vibración,
y de los pueblos cercanos
acuden con tal empeño
que el vasto templo es pequeño
para escuchar tu oración.
¡Gloria a ti, Padre Calpena!
nuevo apóstol, lira humana;
y si de oírte se ufana
quien sólo una vez te oyó,
sabe que del mundo entero,
desde un polo al otro polo
no encontrarás uno solo
que te admire más que yo[1].
[1] Patria Chica, 9 de mayo de 1915. número 11. Página 1.