Poemas a Priego - Poesía
LA FUENTE DE LA MILANA
Caetano Peláez del Rosal, con un soneto se queja de las obras realizadas en la Fuente de la Milana

CAYETANO PELÁEZ DEL ROSAL



        

Eructos de Neptuno, graves, sencillos,

del hondo Averno, oscuro y abismal

desparramaba con raudo caudal,

por meandros de chopos y membrillos.

 

Las matas, los riscos y los murmullos

del agua, que surgía cantarina

y circulaba entre peñas peregrina

han sido malheridos en sus arrullos.

 

Ley infernal, infame, bajomezquina,

la que deshizo la tierra que germina,

sembrando tubos, muros y hormigón,

 

conteniendo la fuerza genuina

de aquella expansión, que mata y asesina

como barco por esclusa de cañón[1].



[1] Fuente del Rey, enero 1987, número 37, página 13.