Rafael de Castilla Moreno
Silva
¡Cuánto afecto hacia ti, Priego querido,
Siente mi corazón! Tu grato nombre
Do quier lo he bendecido...
Si es condición del hombre
De mediana conciencia,
Tratándose del bien, estar propicio,
Los frutos de mi escasa inteligencia
Los pongo a tu servicio;
Recíbelos con gran benevolencia...
No desdeñes mi amor, si un pensamiento
Sublime, mi cerebro concibiera,
En dulce arrobamiento
Con frescas azucenas te ofreciera.
Bella es la flor, si bella, mas advierte
Que apenas es nacida,
Ya llega a los umbrales de la Muerte,
¡Ignorando el misterio de la Vida!...
¡Cuánto de ti me acuerdo!, ¡si pudiese
Constantemente en tu regazo estar!...
Si alguna vez inspiración tuviese
Para poder tus glorias publicar
Entonces, cuántos triunfos cantaría,
Al compás de la lira: así sería
Yo un poeta feliz, afortunado,
No el autor de un papel emborronado
Que aceptarás por pura cortesía.