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MURMULLOS FERIALES
Descripción de la Feria de las primeras décadas de siglo XX, por Baldomero Rodríguez Cobo.
Por Baldomero Rodríguez Cobo
Ya el famoso lucentino
Cargado de cobre fino,
Se pasa tarde y mañana
Maldiciendo su destino
Y agitando su campana.
Y sin llenar los bolsillos
Porque el velón no se vende
El pobre se las entiende
Con un tropel de chiquillos
Que le apostrofa y ofende.
Fingen tener grande pena
E hincándose de rodillas
Cuando ya el cobre no suena
Preguntan mil vocecillas:
Tío, ¿quién ha muerto en Lucena?
Ya el sórdido recovero
Va con su enorme sombrero
Provisto de larga caña
Pidiendo parte de España
Por un pavillo mosquero.
La taimada cortijera
Luce la gorda collera
Fruto de sus devaneos
Por la que tomar quisiera
Sus limpios cuatro amadeos.
Y el miserable juglar
En el mesón atestado
Limpia y rezurce su ajuar
Roto ya y deteriorado
Por el largo caminar.
El confitero ambulante
Con su mesa por delante
Combina bien los telones
Para que el sol no quebrante
La costra de los turrones.
En la barraca el payaso
Mientras la payasa ronca,
Trata de evitar el caso
De que por cualquier fracaso
El público le arme bronca.
Lo astutos tomadores
De los antros moradores
Prepáranse a la combina
De quitar a los señores
Cartera o alhaja fina.
El tiznado calderero
Repicando en la perola
Atolondra al mundo entero
Halagándole una sola
Idea? la del dinero
La vieja llena de achaques
Y herpéticas las narices
Va pregonando almanaques,
Voladores, tíos panzaques
Y jaulas para perdices.
Y la mordaz buñolera
Envuelve su cabellera
Entre multitud de flores
De abigarrados colores
De tela mixta en estera.
El semítico gitano
Con la larga vara en la mano
Y su proverbial ceceo
Pondera un potro alazano
A un señorito muy feo.
Mas viendo que no hace trato
Al fin con el señorito
Le propina este relato:
"Zi es zú mercé jasta chato
Y con ojos de cabrito;
Premita un Divé zeñó
Que antes é la noche-güena
Le dé a su mercé un doló
Que le errita la caena
Y que le pare el reló.
Que su señora dé a lú
Cuatro niños d?una vé
Que los críe con zalú
Y le jagan una cru
Por debajo de la nue.".
La multitud ambulante
Escucha el pregón tonante
Del hombre de la barraca
En cuya oración destaca
"El Señores, adelante.
A ver la fiera infernal
Cogida allá en el desierto
Tras de rudo batallar".
Y el público encuentra un mal
Leopardillo medio muerto.
La sonámbula, el gigante,
La señorita sin brazos
La camella, el elefante.
La serpiente horripilante.
Y vengan campanillazos.
El tío de los caballicos
Embeleso de los chicos
Y gloria de las niñeras
Se embolsa en las faltriqueras
Sus sendereados picos.
Y por toda la Ciudad
Algún viejo sin calzones
Con gran naturalidad
Explica la atrocidad
Pintada en sus cartelones.
El vil que ha matado a siete
Excluyendo a su mujer;
En la ciudad de Alcaudete
La guardia civil le mete
En la cárcel por cruel.
El sereno toca el pito
Cuando el crimen descubrió
Y su mujer al maldito
Al punto le replicó:
¡Qué cosas tienes Frasquito!
Perdona, lector querido,
Si un rato no he conseguido
Darte de satisfacción;
Ya sabes que mi intención
Sólo de dártela ha sido.
Si tu razón no se explica
Poeta tan tosco y huero
Es esta edición tan rica,
Le pides a PATRIA CHICA
Que te devuelva el dinero.
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