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ENCHUFADOS. (IV)
¿Quién dijo que los enchufes son de nuestra época?
© Enrique Alcalá Ortiz
espués del trauma de la guerra civil, los que lograron salvarse de las iras de uno u otro bando y devinieron en supervivientes pasaron años de cierta tranquilidad política, más que nada porque el que tuviese ideas diferentes se le presentaba muy duro. Así que a callar y seguir para adelante. Tendría que morirse Franco, pasar la transición y se implantara la democracia constitucional para que las corporaciones municipales fueran elegidas por el pueblo. Hasta el momento presente en Priego han gobernado durante más de veinte años los socialistas regidos por los alcaldes Pedro Sobrados Mostajo y Tomás Delgado Toro. Con todo, si bien en las elecciones (municipales, autonómicas, nacionales o europeas) seguimos manteniendo un alto índice de participación, los afiliados a los partidos políticos son muy pocos. Dándose la circunstancia, debido al largo período del mandato socialista, de que la mayoría de los afiliados a este partido tienen un empleo público. Han logrado enchufarse a través de las oposiciones después de muchos años interinos o siguen contratados eternamente. Apuntarse a un partido para lograr empleo es práctica heredada de siglo XIX que por estar bien inventada sigue practicándose para no echarla en olvido. Vergüenza torera, ¿dónde te has metido?
De la piedad y el olvido
En el aspecto religioso lo más sobresaliente en este siglo es que la religión católica, apostólica y romana, por fin (y por muchos siglos venideros), ha dejado de ser la única permitida por las leyes civiles. A pesar de la oposición histórica de las jerarquías católicas a que a pudieran hacer proselitismo otras religiones que no fueran ellos, (su monopolio lo tenían bien atado) la democracia puso las cosas en razón y se implantó la libertad religiosa. Hoy es normal ver sedes de diferentes comunidades, todas cristianas por ahora, que organizan actos en sus iglesias, (a veces también en el teatro y paseos), y por eso el mundo no se cae. Bendita vida donde cada cual puede creer lo que le venga en gana sin temer que los de la otra tendencia no te lleven a la hoguera. Con frecuencia en nuestros hogares recibimos visitas de estos propagadores de la fe que con implacable tenacidad desean convertirnos a sus dogmas. Huir de los integrismos es tarea ardua. La religión es alimento, como ellos proclaman, a veces contaminado. Estas sencillas y sinceras opiniones mías en ciertos estamentos todavía pueden ser consideradas como escandalosas. Donde hubo fuego... quedan cenizas.
Con todo, a pesar del escaso tanto por ciento de prieguenses que asisten habitualmente a misa, el espíritu católico lógicamente es el que sigue predominando en Priego. La parroquial única de la Asunción, por los años cincuenta, fue desdoblada en tres parroquias, creándose el Carmen y las Mercedes, ésta última se transformó en la de la Trinidad.
En el fervor popular también ha habido cambios significativos. Si bien con la crisis generada por la emigración de los sesenta, en las décadas siguiente se renovaron todas las cofradías, incluso aparecieron algunas desaparecidas y se crearon otras nuevas. Hoy lucen una parafernalia espectacular en su puesta en la calle cuando hacen sus procesiones. Lujosos tronos (antes decíamos andas), bandas de tambores y cornetas y elegantes filas de penitentes ofrecen un aspecto de teatro que han conseguido que los organismos oficiales nos declaren de interés turístico. Se añade el numeroso conjunto de revistas y publicaciones que estas instituciones han logrado poner en la calle en estas dos últimas décadas. Por mi parte he realizado en esta faceta, libros, inventarios, crónicas de centenarios y reportajes de fotografías con lo que he puesto mi grano de arena a este renacimiento cultural si así puede llamarse.
La juventud, en general, pasa bastante del hecho religioso, viviendo un agnosticismo practicante. Pasan, como ellos dicen. Con ello no queremos decir que alrededor de las tres parroquias citadas no existan asociaciones juveniles. Finalmente, puedo resaltar la importante labor llevada a cabo en nuestro patrimonio. Con la ayuda de la Junta de Andalucía, cofradías, entidades financieras y el propio Ayuntamiento todas nuestras iglesias han sido salvadas de la ruina. Ya por los años sesenta la desidia del entonces párroco de Carmen dejó que se perdiera la ermita de la Virgen de la Cabeza, si bien el párroco de las Mercedes levantó más tarde en la calle San Marcos la de la Trinidad en unos terrenos donados por las hijas de don Niceto Alcalá-Zamora y Torres.
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