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POR PRIEGO PASÓ UN ÁNGEL
Poema dedicado al sacerdote Ángel Carrillo Trucio por Rosario del Mar Ballesteros Guerrero.
ROSARIO DEL MAR BALLESTEROS GUERRERO
De los ángeles del Cielo
Dios eligió al mejor,
y sin cambiarle de nombre
en Priego nos lo dejó.
Como del Cielo venia,
no tenía capital,
sólo un alma bendita
para entregar a los demás.
Quiso ser sacerdote
y, así mejor comprender
a los que padecen y sufren
por Cristo no poseer.
Una señora de Priego
un poquito le ayudó,
y él, con mucho entusiasmo
al Seminario marchó.
Allí estudió con esmero
para poder aprender
a salvar muchas almas
y a Dios así obedecer.
Por fin se ordenó sacerdote
y su primera Misa cantó,
muchos besaron sus manos
con cariño y emoción.
Vestido con larga sotana
las calles de Priego andaba,
pidiendo para los pobres
y hasta su comida les daba.
Los niños corrían gustosos
para sus manos besar,
y él los acariciaba
con mucha dulzura y bondad.
!!Sed sacerdotes de Cristo!!,
les decía con emoción,
porque si sois sacerdotes
sabréis llegar hasta Dios.
La misa en S. Francisco,
don Ángel a diario decía,
y los fieles muy devotos
a escucharla allí acudían.
Priego nunca le olvida
por su vida ejemplar,
y su tumba en San Francisco
no paran de visitar.
¡Quiera Dios que su semilla
llegue a fructificar!
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