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LOS OLIVARES
Un romance de Santiago Justinzola dedicado al árbol símbolo de Priego de Córdoba.
SANTIAGO JUSTINZOLA
(Romance)
Olivares, olivares,
olivares de mis tierras.
No te pintan los pintores
ni te cantan los poetas.
Porque es amarga tu savia
y tus sombras son siniestras;
porque tus hojas son sin brillo
son como cenizas muertas.
Con majestad centenaria
pero sembrado en hileras
tú careces de atractivo
porque tu vida es muy lenta.
Triste, como incomprendido,
tu amargura no demuestras
y das frutos y más frutos
arraigado en cualquier tierra.
...
En las edades remotas
antes de contar por siglos,
el diluvio no derrota
a tus troncos retorcidos.
Sois titanes de la tierra
por el tiempo carcomidos
los primeros en la historia:
viejos, sí, mas no vencidos.
En esas noches serenas
cuando en mayo ha florecido,
paseando por tus sendas
haces vibrar los sentidos.
El corazón late aprisa,
rejuvenece contigo
y sentimos en el aire
un no sé qué de infinito.
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