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LOS VAREADORES (y otros poemas)
Recopilamos del poeta popular José Ronchel Muñoz las siguientes composiciones: "Los vareadores", "Priego", "Canto a Priego" y "Letra de un pasodoble".
JOSÉ RONCHEL MUÑOZ
LOS VAREADORES
En un rinconcito
de mi Andalucía
se alza un pueblecito
blanquito, bonito,
blancas palomitas
parecen sus casas
y es muy conocido
por Priego del Agua.
Tierra de mujeres
cristianas y bellas
del cielo de España
fulgentes estrellas.
Tierra de trabajo de paz
y alegría:
¡Corazón excelso
de mi Andalucía!
¡Ay, madre mía!
¡Ay, qué consuelo
haber nacido
bajo este lindo cielo!
¡Ay, qué consuelo!
¡Ay, madre mía,
nacer en Priego
lo mejor de Andalucía!
De tus nobles hijos
corre por la sangre
toda la ardentía
de los viejos árabes,
de aquellos califas
que les transmitieron
clara inteligencia
y bellos ensueños.
Tus bellas mujeres
también heredaron
de aquellas sultanas
los negros ojazos.
Y hasta del lindo pueblo
conserva del á r a b e
la Fuente del Rey,
Castillo y Adarves
¡Ay, madre sola!
¡Ay, qué consuelo
haber nacido
bajo es t e lindo cielo!
¡Ay, qué consuelo!
!Ay, madre mía,
nacer en Priego, lo mejor
de Andalucía!
PRIEGO
Con aires de gran señora
y perfiles de gitana
llevas, en cuerpo de mora,
un corazón de cristiana.
En el rico pañolón
bordado de Andalucía,
destaca, como un florón,
la perla de tu hidalguía.
Brilla en tu espíritu el fuego
de la nobleza y la fe.
¡Qué hermosa tierra eres, Priego!
Ciego está quien no te ve.
Como peineta el Calvario,
como mantilla la Vega;
y en tus manos el rosario
del agua, que canta y juega.
Sueños de amor y ternura
se esparcen por tu olivar.
Tu Adarve dice, locura;
tu parroquia dice, orar;
Tu Castillo, fantasía;
tu industria, paz y tesón;
tu cielo, luz y alegría;
tus mujeres, perfección.
Mujeres de Priego, bellas
sinfonías de corazones,
rutilantes como estrellas,
firmes corno las pasiones.
Brilla en sus ojos el fuego
de la nobleza y la fe.
¡Qué hermosa tierra eres, Priego!
Ciego está quien no te ve.
Con aires de gran señora
y perfiles de gitana
llevas, en cuerpo de mora,
un corazón de cristiana.
CANTO A PRIEGO
¡Priego! Rincón risueño de Andalucía.
Bajo el alfanje de plata de la luna
Llegaste a ser un día
de tu niñez lejana, ciudad moruna.
Y entre el ebrio vibrar de áureos clarines
y el clamor de sepulcro de los tambores
viste correr la sangre de tus muslimes:
que al morir gladiadores,
a tus plantas vertían sus rojas flores.
Y en tu pecho de piedra ?castillo fuerte-
El furor de tus guerras aún se advierte.
¡Priego! Ya no eres mora, ya eres cristiana.
En tu alma se desgrana
una apacible vida libre de enojos.
Las fuentes de tus ojos
dan agua sin cesar, agua de vida
que al caer se hace río; te cruza y llega
a fertilizar y a acariciar tu vega
de esmeralda vestida?
Tu morisco balcón, tu adarve, es gloria
para los hijos de tu antigua historia.
¡Priego! Tu alma de mujer; de sulamita
del divino ?Cantar de los Cantares?,
de las armas de ayer ha hecho telares.
para que tu obrerita
pueda, mientras palpita
aquel brazo de hierro trepidante,
tejer sus sueños de mujer amante.
Y en tu Fuente de Rey, corazón sonoro,
que late bajo el oro
del sol que tamizado
a ella llega al cruzar por su arbolado,
se oyen las tristes notas
de todos los amantes que allí han llorado
sus ilusiones rotas.
Y mientras la cascada, cantando, mueve
la rueca, en la que hila copos de nieve.
¡Priego! Tierra piadosa. Florido manto
tejido con ternuras de corazones;
yo te brindo en mi canto
la ilusión que compendia ilusiones.
Yo quiero, cuando la muerte con frío abrazo
cierre a la luz mis ojos,
descansar con mis padres en tu regazo,
y si de mis despojos
en mi ignoto sepulcro una flor brota,
eso será la ofrenda de mis amores
¡emulando las de aquellos gladiadores
que te dieron su sangre gota a gota!
LETRA DE UN PASODOBLE
dedicado al novillero Antonio García Calabrés
Es de Priego
y se llama Calabrés
el mejor de los toreros,
el mejor de los toreros
es de Priego
y se llama Calabrés.
¡Calabrés!
En el crisol de la gracia
se fundieron la elegancia,
el valor, la simpatía
y el arte más puro y bello;
y surgió como un destello
el as de la torería.
¡Calabrés!
Cuando en la hora suprema
pliega la roja franela
y se lanza hacia la res,
los corazones se paran
pendientes de la estocada
certera de Calabrés
¡Calabrés!
En esa flor que recoges
van suspiros, van temores,
van besos de una chiquilla
cuyos ojos seductores
reflejan tiernos amores
a través de su mantilla
¡Calabrés!
Es de Priego
y se llama Calabrés,
el mejor de los toreros,
es de Priego
y se llama Calabrés.
¡Calabrés!
Adarve, 30-8-1953. Números 48-49. Página 38. (Mención honorífica en el reciente Certamen de la Sección de Literatura)
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