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A PRIEGO POR LA RUTA DE SU CAMINO AZUL (y otros poemas)
Bella poesía, del preclaro egabrense, premiada en el reciente Certamen literario de la Sección de Literatura y Bellas Artes del Casino de Priego de Córdoba.
JUAN SOCA
A PRIEGO POR LA RUTA DE SU CAMINO AZUL
Por su camino Azul, sin trochas ni veredas.
Con el alma encendida de una viva emoción.
Florido el pensamiento, en un vuelo de seda.
Con los brazos abiertos hacia su corazón.
Por el camino llano, firme, primaveral,
que nos lleva a este bello rincón meridional.
A Priego por la ruta de su alma generosa,
los ojos en lo azul de la sierra Tiñosa,
y en la mujer nativa, de esencia cordobesa,
halago de los ojos y del alma promesa.
A Priego por la gracia que en el Adarve Moro
enciende el horizonte del lírico tesoro
que se goza asomados al celeste Balcón;
con el alma transida de una viva ilusión;
como una realidad soñada y conseguida
con ardoroso amor, para toda la vida.
A Priego por la ruta del agua milagrosa
que mana, prodigiosa, de la Fuente Milana,
palpita en las arterias de la vega galana;
en las tazas de mármol canta alegre y gozosa;
y en los parques se viste de esplendorosa rosa.
Flor y fruto que logran las huertas de Genilla,
gratos al paladar de la gente sencilla.
A Priego por la ruta de sus calles abiertas.
A Priego por el sol que viste a la ciudad
de claridad de fiesta y de serenidad;
sus cuidados jardines, su gracia y su color,
sus huertos recoletos y sus patios en flor.
Por la Fuente del Rey y sus mil surtidores,
flores para el orgullo de pechos soñadores.
A Priego por la rosa de su industria textil
que hila en doradas telas un ensueño de abril.
A Priego por la gracia que florece en las manos
de sus inteligentes y finos artesanos.
A Priego por la ruta de su brillante Historia,
renacida con tonos de noble ejecutoria.
Por su romano origen y su viva realeza,
cuando en poder del árabe fue recia fortaleza;
el Santo Rey Fernando por Dios la conquistó
y el título dorado de Ciudad concedió.
A Priego por la ruta de lírico camino
que nos lleva a un amado y encantado destino:
al deleitoso y brujo Huerto de las Infantas;
su industria floreciente, su feria de trono;
su tono, su riqueza, su acento y poderío;
la rosa pasionaria de su Semana Santa,
y tantas realidades que, un grupo de idealistas,
sacerdotes, poetas, oradores y artistas,
que en su pecho campea esta encendida flor,
con su fervor le ofrendan el amor de su amor.
HOMENAJE A PRIEGO
I
Priego quiere decir nudo, atadura
ligada está al pasado y al presente
por su brillante historia, su cultura
y por su agricultura floreciente.
Su corona es un cielo refulgente.
El aire señorial de su estructura
le aroma el alma de mujer ferviente
y la abrasa en el sol de su finura.
Su Adarve es el balcón donde se asoma
como reina que todo el mundo admira
y como fiar de penetrante aroma.
Y la Fuente del Rey, donde se mira
al ritmo de doscientos surtidores
que son gala y blasón de sus amores.
II
En cuerpo sano, un alma enardecida
en el amor y en el dolor templada,
dorada por el sol de intensa vida
y en nobles ideales abrasada.
Un alma de mujer enamorada.
Un alma florecida y encendida,
jovial y cordial. Alma nacida
para ser preferida y admirada.
Ciudad rica, moderna y bulliciosa,
con el alma fecunda y generosa,
ora y labora con igual tesón
que la más floreciente y populosa;
y ha logrado una vida esplendorosa
entonando al trabajo una canción.
PIROPO AL POETA DE PRIEGO
Porque fuiste una noble realidad, florecida
de anhelo de belleza y de ensueños en flor;
porque tu alma era una antorcha encendida
y a Priego le contaste con un devoto amor;
porque en el pecho joven de tu ciudad anida;
por tus versos castizos, un ingenuo fervor,
le renacieron rosas de fuego a tu dolor
y el corazón poeta enguirnaldó tu vida.
De tu Árbol de Sangre ha nacido una flor;
es Valverde Castilla, lírico ruiseñor
que como tú ha nacido también para cantar.
Al cumplir cien años de tu orto glorioso,
el corazón de Priego, florido y generoso,
ha querido, amoroso, levantarte un altar.
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