Cerca de un millón y medio de hectáreas acogen las raíces de este árbol que caracteriza a la región y la convierte en la tierra olivarera por excelencia desde hace miles de años.
El cultivo que identifica a los campos de Andalucía es sin duda el olivar.
La riqueza y variedad de los aceites andaluces se refleja en el reconocimiento de trece Denominaciones de Origen Protegidas, cada una de ellas con características propias. La relación por provincias es la siguiente: Cádiz (?Sierra de Cádiz?); Córdoba (?Baena?, ?Montoro-Adamuz? y ?Priego de Córdoba?); Granada (?Poniente de Granada? y ?Montes de Granada?); Jaén (?Campiñas de Jaén?, ?Jaén Sierra Sur?, ?Sierra de Cazorla?, ?Sierra Mágina? y ?Sierra de Segura?); en Málaga (?Antequera?); y en Sevilla (?Estepa?).
Quiere esto decir que en ningún lugar del mundo crecen más olivos ni se producen tantos y tan buenos aceites de oliva como en nuestro territorio, o lo que es lo mismo, que Andalucía y el aceite de oliva están vinculados de forma inseparable. Sirva como dato que actualmente la Comunidad Autónoma produce el 83 por ciento del aceite de oliva virgen español y en torno a un tercio del aceite de oliva virgen de todo el mundo.
El olivar conforma una parte sustancial del paisaje andaluz, constituyendo la fuente de riqueza de numerosos pueblos, base de su gastronomía y de sus tradiciones. Hay toda una cultura milenaria en torno al olivar. Algunos olivares, con muchos siglos de vida, son verdaderos testigos de nuestra historia.
VALOR ECOLÓGICO
El olivo, una de las especies que componen el bosque mediterráneo, tiene un valor ecológico insustituible, que frena al grave efecto de la erosión y el avance de la desertificación, algo que se suma a otros muchos aspectos positivos. En Andalucía también es destacable la expansión de las prácticas de cultivo más respetuosas con el medio ambiente (producción ecológica y producción integrada), lo que contribuye también a una mayor tranquilidad del consumidor.
ESENCIAL EN LA DIETA
El aceite de oliva virgen extra es también una importante fuente de salud y constituye un elemento esencial de la dieta mediterránea, por sus características organolépticas y sus beneficios sobre la salud. Hoy en día, se ha despertado a nivel mundial un gran interés por el aceite de oliva, gracias al reconocimiento universal de sus propiedades beneficiosas para la salud y por ser componente fundamental de la dieta mediterránea.
Así pues, al consumir aceite de oliva virgen extra no sólo disfrutamos de un producto de la máxima calidad, sino que al mismo tiempo cuidamos nuestra salud. Su consumo cotidiano previene el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y los problemas de colesterol, entre otras muchas dolencias. También está demostrado que el consumo de aceite de oliva virgen extra retrasa los efectos del envejecimiento.
MÁXIMA CALIDAD
Pero si importante es que el aceite de oliva virgen extra pueda ofrecer cuanto antecede, no lo es menos que una de las peculiaridades más destacadas de la producción aceitera andaluza sea el peso que va adquiriendo a nivel internacional gracias a una apuesta conjunta por ofrecer la máxima calidad y conservar todas las propiedades saludables y organolépticas naturales de las aceitunas de las que procede, ya que el virgen extra únicamente se somete a procesos mecánicos en su extracción.
La gran extensión de las ocho provincias andaluzas, marcadas por las diferencias climáticas y orográficas, favorece igualmente la existencia de una amplia variedad de aceites, cada uno con su personalidad propia. Genuinamente andaluzas son las variedades de aceituna Picual, Hojiblanca, Picuda, Lechín, Verdial de Cádiz, Verdial de Huévar, Lucio o Nevadillo de Granada, y hay otras variedades como la Arbequina, que sin ser típicamente andaluza, ha encontrado en esta tierra un entorno idóneo para producir un aceite de la máxima calidad.
De las denominaciones más cercanas, las de Jaén y Granada, ofrecemos en el cuadro adjunto sus principales características y otros datos de interés para el consumidor.
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