Padecen los madrileños
una hazaña invertida
pues perdieron la partida
con los que son muy pequeños.
Y le quitaron los sueños
orgullosos y altaneros
un equipo de artilleros
que formó mil sarracinas
con sus cuatro jabalinas
y más disparos certeros.
Que sea una humillación,
vergüenza o iniquidad
está por ver. La verdad:
estos chicos de Alcorcón
han convertido en bufón
a un equipo con historia
haciendo de su victoria
un gran hecho inusitado.
Los madridistas han llorado
al ver perdida su gloria.
Gastan cientos de millones
en jugadores lumbreras
que cuando dan dos carreras
se duermen como lirones.
Así consiguen baldones?,
pues un equipo chiquitín,
traviesillo y saltarín
en noche de pesadilla
le clavó la banderilla
al caído querubín.
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