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En los meses finales de
En su lectura, nos llamó mucho la atención una ficha del inventario donde se detalla cómo una devota de Jesús regala a la Hermandad todos sus enseres de un traje, ¡hasta el sujetador y las bragas! Sí, ya sé que está de moda que las jóvenes arrojen dichas prendas íntimas a cantantes y toreros durante sus actuaciones, no sé si alguno se las lleva a las narices para olerlas. Pero otra cosa es donarlas a un santo. No obstante, lo original de la idea es un hecho sobresaliente por ser la primera vez que sucede. No me extrañaría que algún día donaran otras prendas todavía más íntimas, intimísimas, cuyo nombre callo por respeto al santo.
El primer inventario de las Cofradías que se confeccionó en Priego lo hice yo en el ya lejano año de 1990. Lo realicé en la ermita del Calvario y comprendió tanto los bienes muebles de la iglesia-ermita como los de la Hermandad de los Dolores. Entonces me ayudó durante unas semanas su diligente secretaria, -ya habían entrado de lleno las mujeres en las cofradías y hermandades de Semana Santa- llamada Carmen Moreno, hoy día trabajando con eficacia de empleada en el Ayuntamiento. Y lo hice por dos razones fundamentales. Por mi formación contable y mi trabajo en empresas haciéndoles la programación de su contabilidad por partida doble y después estudiando su negocio con análisis económicos y financieros, previo inventario anual; y, porque para estudiar un colectivo, antes que las personas, suelo empezar por los bienes muebles. Ellos son testigos sin lengua, pero que me gritan el hecho histórico del que fueron protagonistas. Tanto como gritar no, sí me hablan bastante. De su corto inventario, que nunca se ha publicado por falta de iniciativa supongo y que guardo en mis estanterías, me acuerdo de la gran cantidad de exvotos que tenía la Virgen cuyos detalles me llamaron la atención. Fue coser y cantar.
El siguiente inventario lo hice exactamente entre julio y parte de agosto del año 1993. En esta ocasión comprendió todo lo que había de puertas adentro en la iglesia de San Pedro. Alcanzó tanto los bienes de la iglesia como los de la Cofradía de la Soledad, excepto los de ?La Pollinica?. El trabajo hubiera sido imposible sin la valiosa ayuda y comentarios de los fervorosos hermanos
El día de la presentación fue un gran día para la Cofradía. El trabajo se lo merecía. Por eso acudieron al acto celebrado en la Capilla del Nazareno, el Alcalde, arcipreste y numeroso público del mundo cofradiero que ponderaron la valiosa aportación cultural que hacía la Cofradía financiada por el prieguense, Francisco Hidalgo Serrano, residente en las Américas. Por lo visto allí trabajaba en una empresa maderera. Se supo atraer la confianza del dueño quien a su muerte creó una fundación en la que parte de las ganancias debía dedicarlas a obras benéficas. Y que mejor que emplearlas en el pueblo que lo vio nacer, y en ese Nazareno que añora tanto. Así que donó los dos millones largos que ha costado la edición de esos inventarios cofradieros. Ya antes había dado unos siete (millones de nada) para las obras de reparación de la iglesia de San Francisco y había comprado la sede de la Cofradía del Nazareno sita en la calle San Francisco. Actualmente esta financiando un nuevo trono a la Cofradía de las Angustias y sus ganas tiene de hacer otro nuevo para Jesús Nazareno. Prieguense (americano) donde los halla. Una joya. Oro bruto. Larga vida al mecenas.
El acto fue presentado por el secretario Miguel Ángel Ortega y tomaron la palabra el Hermano Mayor, Antonio Mérida Cano, el Alcalde,