ÁNGELES VALVERDE DE CASTILLA
Animosa a seguirte con presteza
Tomé la cruz que amante me ofrecías,
Dispuesta en tan amargas travesías
A imitar tu virtud y fortaleza.
Pero, ¡ay¡, Señor, que la naturaleza
Se rindió bajo el yugo que imponías,
Y clemencia te pide en estos días
En que sufre desmayos y tristeza.
A tus plantas me postro: ¡ten piedad!
¡En tu cariño paternal confío!
¡Dígnate desterrar mi enfermedad!...
Mas si merezco tal adversidad
Ayúdame a llevarla, ¡Padre mío!
¡Cúmplase en mí tu santa voluntad![1]
[1] Patria Chica, número 1, 10 de febrero de 1915, página 2.